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"Palabras, palabras, palabras"... así comienza el comunicado que Ferrari acaba de hacer público para tratar de enfriar la polémica creada tras el conocimiento del mensaje de radio de Rob Smedley a Felipe Massa. Uno más de los muchos y constantes que se lanzan entre ingenieros de pista a pilotos con trascendencia fuera de lo común.
En Ferrari reconocen que es cierto que Smedley fue sorprendido en el calor del momento eligiendo un verbo como 'destruir' "que quizás no es políticamente la elección de palabra más correcta, pero que no tenía en absoluto intenciones maliciosas, sobre todo porque Roberts es un muchacho nacido y criado en Middlesbrough".
Ferrari continúa reconociendo que el mensaje y el posterior accidente no tienen conexión alguna: "El mensaje llegó en la curva 5 de la vuelta 11 de carrera, al final de la cual ambos pilotos entraron al 'pit stop'. En otras palabras, no tiene nada que ver con la colisión posterior entre Felipe y Lewis, ocurrida en la vuelta siguiente".
Y termina con una fina ironía, dedicada al mundo mediático británico, que se ha revuelto sobremanera con la noticia. "No debería haber llevado mucho tiempo evitar este malentendido, pero eso es lo que suele ocurrir en el frenético mundo de la F1.
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