La IndyCar sigue expandiéndose de manera paulatina a otros mercados. Esta vez el horizonte está puesto en China, quien en 2012 podría albergar una fecha de la serie de monopostos más importante después de la Fórmula 1.
El acuerdo está prácticamente cerrado, en un 90% a decir del presidente de la división Comercial Terry Angstadt, para que el puerto de la ciudad de Qingdao, que albergó las disciplinas náuticas en los pasados Juegos Olímpicos de Beijing 2008, sea sede de la carrera. "Esperamos poder confirmarlo el próximo viernes" indicó el empresario.
Cuando se confirme el ingreso de China, será el tercer país desde la creación de la serie en 1996 -antes con el nombre Indy Racing League- en ingresar a su calendario -descontando a Canadá-, que desde 2003 cuenta con una carrera en el óvalo de Motegí, Japón, y desde el año pasado el callejero de San Pablo.
Sin perder su impronta yankee, de hecho el 90% de las competencias que integran el calendario se disputan en suelo norteamericano, entre EEUU y Canadá, la IndyCar desde hace rato se transformó en una categoría internacional, propulsada a su vez por el gran circo que despliega y la rentabilidad que ofrece -incluso algunos de sus pilotos desecharon la posibilidad de correr en F1 por las ganancias que obtienen.
En esta temporada la IndyCar cuenta con 43 pilotos de 17 nacionalidades distintas, aún con un importante porcentaje de pilotos norteamericano, que asciende a un lógico y necesitado 25%. En ese sentido, la F1 cuenta con mayor representatividad, con la mitad de autos en la grilla, presenta 15 banderas distintas entre los pilotos titulares, y algunas otras más entre los reservas y probadores.
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